En esta parte de la conversación de Follow and Connect, Jesús Alonso Gallo nos comentaba lo que a su juicio era una buena relación de una corporate con la startup que había adquirido de forma histórica.

Está claro que frivolizar con la inversión en startups puede traer efectos secundarios no deseados pero la publicidad que dan las corporaciones, junto con el hecho de realizar iniciativas con el objetivo de generar impacto, puede ser buena… por ejemplo, puede generar curiosidad en la gente de la calle para destinar una parte de sus inversiones a startups a través de las plataformas de Equity crowdfunding, tales como Sociosinversores. También puede atraer la atención de las administraciones públicas, viendo la repercusión que tienen ciertas acciones con startups en las redes sociales (¡votos, votos!). Seguro que la popularización de las startups puede quitar glamour pero cuantos más seamos emprendiendo, invirtiendo y apoyando, más beneficio se aportará desde las startups a la sociedad.

Alberto Corcóstegui, que además de emprendedor e inversor fue Director del Programa de Liderazgo y Emprendimiento Corporativo de Deusto Business School, nos contaba que la relación corporate – startup es muy complicada, y los programas promovidos por las corporaciones solo funcionan si el mandamás está convencido de su aporte y lo respalda personalmente. Dicho esto, aseguraba que las corporates pueden aprender mucho de las startups, sobre todo, si se liberan de las ataduras de la cultura y estructuras que les encorsetan para facilitar el avance por nuevos caminos y aprovecharse de la innovación disruptiva.

Sin embargo, Mark Kavelaars destacaba que los grandes presupuestos en I+D siempre han sido y seguirán siendo patrimonio de las corporates, pero la velocidad del cambio de hoy, junto con las metodologías ágiles de las startups, permiten a estas ser más eficientes a la hora de innovar e incluso se ve como dan mordiscos considerables a gigantes con muchos más recursos que ellas.

España cuenta con un ecosistema de startups según el informe de Mobile World Capital Barcelona: “Startup Ecosystem Overview” con más de 3.200 empresas (un 20 más que el ejercicio anterior) Sin embargo, un ecosistema de startups sin exits es como vivir en una burbuja hermética: al final se acabará el aire. Sin exits no hay forma de rentabilizar las inversiones de alto riesgo que asumen tanto business angels como VCs. Aquí pueden jugar un rol importante las corporates, identificando equipos, tecnologías, productos, carteras, etc… que les pueden aportar grandes beneficios y por tanto, pagar una prima por ellos. De esta forma, las corporaciones se aprovecharán de un aporte de valor importante, sin el riesgo de jugar a ser business angel, sino identificando dónde está el valor para ellas y comprándolo. La compra de startups genera rentabilidad para las corporates y rentabilidad para los que están en el barro del día a día buscando la próximo startup que rentabilice sus carteras. Cada startup que anuncia un exit vía compra de una gran corporación es una bocanada de aire para el sector.

Hemos escuchado la opinión de estos inversores sobre la relación de corporates en el mundo de la inversión de startups, y tras ellos, invitamos a Ana Segurado, que desde su experiencia en Telefónica Open Future (una de las iniciativas de colaboración e inversión con startups de uno de los corporates más activos en este sector a nivel internacional), nos contó también su punto de vista. Uno de los aspectos más destacables en esa relación corporate-startup es el momento de esa colaboración, si en estadios iniciales, o más adelante. Y la recomendación de Ana es clara para que una startup se acerque a las corporates en estadios iniciales: “sólo en casos donde está clarísimo el valor de la colaboración en las primeras etapas, estaría justificado”.